Mi vida es el único libro que escribio Marc Chagall. Sus palabras son como sus colores, dicha y melancolia, verdad o bien ensueño, que levantan el vuelo con los personajes de sus cuadros, tan específicos como milenarios. Tan definitivos. Aquí se dibujan los años pasados en Vitebsk, su humilde urbe natal, en el seno de una fa milia entrañable, pobre, que empleaba sus cuadros para sacudirse la tierra de los zapatos. Allí asoman S. Petersburgo y Moscu, los años de aprendizaje y la apertura de un nuevo planeta para el joven pintor. Pero allá Paris y su bohemia, el taller de la Ruche, entonces la Gran Guerra y el retorno a una Rusia en la que revienta la Revolución bolchevique en un telon de fondo rasgado de tristeza. ...