Pocos pintores hay en la historia del arte del siglo tan iconicos, identificables y comentados como Edward Hopper. Su obra refleja la extrañeza de nuestro ambiente cotidiano y urbano. Pese a que sus pinturas forman ya un topico visual, hay en su muda belleza mucho silencio que pelea por ser verbalizado. Y ahà es do nde Mark Strand ensaya sus alteraciones en torno a la obra del profesor de Norteamérica. Strand, entre los grandes versistas de nuestro tiempo, nos invita a mirar con el esas escenas desoladas, esos relatos esbozados, esos interiores desposeÃdos de nuestra humanidad. Con penetrante lucidez y una aguda capacidad de observacion y exegesis, Strand viaja al origen del hipnotico misterio que late en las lonas del pintor, de tal forma que sus comentarios -organizados en torno a una extensa seleccion de pinturas- se transforman en verdaderas traducciones del cosmos plastico de Hopper. Aunque no estamos frente a un libro de poemas, es incuestionable que el trabajo de Strand debe mucho a la poesia y a la manera de mirar que alimenta el ejercicio poetico. Y a esa tarea se le agrega en esta edicion -ilustrada con las pinturas que producen los textos- la esplendida traducción de J. A. Montiel, capaz de conservar en español la meticulosa riqueza de matices y acentos del original ingles. ...